Resulta ilógico lo que ocurrió la noche de este lunes en el país. El Presidente de la República, Iván Duque y el Ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, calificaron de masacre el ataque en Sardinata, Norte de Santander, que dejó el saldo de cuatro soldados muertos.

El fallecimiento de estos uniformados duele, pero cómo es posible que el ataque hacia estos hombres, que estaban erradicando cultivos de coca, sea una masacre, pero los ataques a civiles sean homicidios colectivos.

Esto afirmó la noche del lunes el Presidente Iván Duque: "Execrable masacre de tres soldados y un suboficial en Nte.Santander, quienes dieron sus vidas enfrentando al narcotráfico, NO quedará impune. Cdte. @COL_EJERCITO adelantará operaciones contra criminales GAOr responsables. Toda la solidaridad con las familias de nuestros héroes".

El Ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, indicó: "Atroz masacre de 3 soldados y 1 suboficial en Sardinata duele e indigna. El mejor homenaje a sus familias es incrementar acciones en lucha contra el narcotráfico. Comandante del @COL_EJERCITO se desplaza a la zona para dirigir operaciones contra responsables de miserable hecho".

Quedó comprobado que para el Presidente y su Ministro, la palabra masacre si es válida cuando los soldados son las víctimas, pero cuando se trata de civiles y líderes sociales muertos, la connotación cambia.

Recordemos que, después de las masacres de hace varias semanas que acabaron con la vida de más de 40 personas, en su mayoría jóvenes, Duque indicó que estos ataques nunca se habían ido y que se trataban de "homicidios colectivos", quitándole peso al terrible asunto.

Después, el Ministro de Defensa los calificó como "homicidios múltiples", pero les llegó el 'boomerang' con el ataque a los soldados y las posturas cambiaron.

Los eufemismos que crearon se los devoraron, pues la única realidad en todo este asunto es que en ambas situaciones, son masacres.

Los soldados fueron masacrados y los civiles o líderes sociales, también. No cabe ningún califcativo distinto.

Es clara que la política de comunicación de este Gobierno Nacional salta de escándalo a escándalo.